¿Qué es la hemoglobina glucosilada? (HbA1c).
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octubre 30, 2020Escrito por Dr. Jesús Alberto González Durán
Médico intensivista
El diagnóstico de diabetes implica un importante conflicto socioemocional para toda la familia y en el caso de ser un menor, las cosas pueden ser más complicadas.
Es común que los padres desatiendan las necesidades de los otros hijos, dado que dedican todas sus energías al menor que vive con diabetes. Los sentimientos que los hermanos experimentan, en muchos casos son ignorados, ya sea porque no lo expresan, o porque los padres están agobiados y preocupados.
Dichos sentimientos (tristeza, enojo, angustia, estrés, preocupación, confusión, culpabilidad, celos y miedo entre otros), pueden verse agravados cuando:
No reciben información fiable que explique la actitud de los padres.
No existe una relación de comunicación emocional adecuada.
No se fomenta su implicación con el hermano enfermo.
No se les ofrece la ayuda necesaria para que puedan realizar sus actividades cotidianas.
Recordemos que los hermanos sufren, no son ajenos, pero de repente dejan de recibir esa protección y cuidado que gozaban antes del diagnóstico de su hermano.
Pues bien, cuando no se fomenta de forma adecuada la relación entre hermanos, al pedirles colaboración, apoyo, establecer límites, roles, jerarquías, prioridades y normas, los hermanos mayores pueden confundirse y extralimitarse al querer ayudar.
Así surge el «hermano policía», que quiere proteger al hermano pequeño que vive con diabetes. Cabe señalar que después de esto, todo cambio en la vida del hermano mayor puede ocasionar que se sienta desplazado, poco atendido, no escuchado o que tiene que reafirmar su lugar en la familia. También puede sentir celos, rencor, culpabilidad e incluso responsabilizarse de lo que sucede.
Inicialmente, vigilará a su hermano para que siga las indicaciones y el tratamiento al pie de la letra («no coma esto», «no corras», «no brinques», «tira ese dulce», «no tomes refresco»), establecerá límites, corregirá y reprenderá. Esto le dará un poder sobre el hermano y una posición de madurez ante los padres; pero se desconectará del sistema fraternal, dejará de ser hermano para convertirse en «otro papá» y atraerá problemas para su desenvolvimiento e incluso podrá sufrir problemas de autoestima.
La situación anterior no será de mucha ayuda para el hermano que vive con diabetes, ya que sentirá que está perdiendo a un hermano, se crearán rivalidades y habrá distanciamiento; por lo que es importante evitar este tipo de comportamientos.
Lo importante es lograr que la comunicación intrafamiliar sea adecuada y constante. Los padres pueden hablar con todo el núcleo familiar, deben aclarar lo que sucede y explorar en los sentimientos de cada uno de los miembros; establecer límites, roles y trabajar en conjunto para que el menor que vive con diabetes adquiera las habilidades que le permitan tener una mejor calidad de vida.